“La historia comenzó cuando el
compositor argentino Alberto Ginastera creó la cantata Bomarzo, utilizando textos del libro y otros especialmente
redactados por Mujica Lainez (…) Más tarde se completó la ópera en dos actos y
quince cuadros Bomarzo (…) La ópera
se estrenó en el Listern Auditorium de la ciudad de Washington en 1967. Con motivo de ese estreno, el
general Onganía, a la zazón, presidente de la República Argentina, firmó un
decreto por el que se designaba a Manuel Mujica Lainez y a Alberto Ginastera,
ministros plenipotenciarios, debido a la importancia que revestía la ópera como
difusión de la cultura argentina. Mas, pese a los honores diplomáticos de
entonces y a la triunfal presentación en el Lincoln Center de Nueva York, en 1968, un decreto oficial prohíbe su
presentación en el Teatro Colón de Buenos Aires considerándola una obra
inmoral”
Manuel Mujica Lainez. Bomarzo. Ed Seix Barral, 2004, p.13
Me complace dolorosamente
comprobar que, al menos en su auto contradicción, el país asume una
indoblegable coherencia que más de un caricaturista no ha conseguido imprimir
en sus tiras semanales.
Pregunta, ¿de qué va este post?
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