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Habrá tantos motivos para
quedarse soltera como solteras haya en el mundo.
Estoy sospechando que la mía es
que los hombres no saben elegir su calzado.
Si, si. Acabo de descartar a un
hombre perfectamente “casable” porque no me gustaban sus zapatos. O la combinación
de sus zapatos con el pantalón. O el cinturón, o la camisa, o la chaqueta…
Tampoco me gustaban sus chistes,
ni su manera de divertirse, ni compartía su forma de ver la vida, ni su
concepción del fútbol, etc., etc.
Pero vamos, que decidí que no me
gustaba cuando se bajó del coche y le vi los zapatos.
¡Estoy loca de atar, pero qué graciosa soy!