Reflexiones, ocurrencias, tonterías cotidianas, arrebatos, descubrimientos nimios...



viernes, 30 de septiembre de 2011

En la cresta de la ola

Marco de situación. Un día de sol radiante, de esos con cielo azul, azul, azul y temperatura de estallar termómetros, fui, previa cita, a la oficina de empleo que indica mi código postal [no a la que queda a dos calles de casa (cuadras, en criollo) porque esa no me corresponde] Mientras esperaba para hacer los trámites correspondientes vi que (¡qué bien!) dan la posibilidad de anotarse en cursos de todos los tipos y colores, porque el gobierno, que se interesa por el país y su gente, apuesta por la formación contínua. Eso si, no pueden elegirse más de cinco opciones, que tampoco se necesitan ciudadanos con demasiadas inquietudes. “Entre hacer y no hacer, siempre hacer” me dije; y me inscribí. Cuando veo que ya es necesaria la chaqueta por la noche, caigo en la cuenta de que ha pasado un tiempo considerable. Es posible que no haya tenido suerte en las convocatorias de septiembre, después de todo estamos surfeando una crisis digna del mar californiano y hay montones de parados inquietos. Vuelvo a la oficina, me agencio uno de esos papelitos reglamentarios que el señor de Prosegur, que sí tiene trabajo, se ha encargado de recortar, con poca pericia aunque seguramente con mucha dedicación, y repaso la oferta de formación pegada con celo a la mesa de entrada. Código, código, código, código, código. Me toca el turno. No puedo anotarme. Mi solicitud anterior ya está procesada. No es que no tuviera suerte en septiembre. Es que desde mayo no hay convocatorias. A eso llamo vacaciones! Y yo queriendo trabajar…

3 comentarios:

  1. ¿Yo qué cuento? Yo cuento bastante poco... Porque no soy de las que toman interminables cafés mientras trabaja, o baja a fumar o demás... Ya se sabe (y que no me escuche mi amiga "Sister") que los funcionarios van a desayunar 12 veces en la mañana...
    Por otro lado, lo de la formación en este país es de traca, pero de la de las fallas.
    En fin, que este año no ha sido uno de esos de ola de calor...
    Bienvenida a la escuela de calor...
    (Por cierto, escucha esa canción).
    Besos, señorita lisensiada.

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  2. Bueno... en la vida las olas vienen y van...

    Hay que saber disfrutar el momento cuando llega la ola y estás arriba...

    También hay que saber llevar la espera de la siguiente ola... tranquila... siempre llega otra ola... no te apures... volverás a estar arriba.

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  3. Usaré el ánimo que me regalas como tabla de surf!

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Y tu qué cuentas?